Deportes de resistencia: ciclismo, running, triatlón, etc.
En estos deportes, hacer una buena gestión de la alimentación es vital para lograr un mejor rendimiento. Las largas horas de competición, requieren de un cálculo minucioso de la energía que el atleta necesita. Otro factor vital es tratar de mantenerlo o conducirlo hacia una composición corporal idónea.

Deportes de impacto: boxeo, full contact, kickboxing, MMA, etc.
No son pocos los atletas de estas modalidades que pierden rendimiento por ser sometidos a viejas creencias y enfoques ya obsoletos como, por ejemplo, comer mucha carne, comer muchas proteínas en general, jugar peligrosamente con el peso. Todo esto, hoy en día es innecesario gracias al conocimiento científico nutricional. El atleta no solo gana en rendimiento sino también en calidad de vida, al aprender a alimentarse de maneras mucho más apetecibles.

Deportes de equipo: rugby, waterpolo, balonmano, fútbol, etc.
El conocimiento de la ciencia de la nutrición ha llegado hace pocos años al mundo de la primera división. Hoy en día no existe jugador de cualquier modalidad que no sea guiado por un dietista-nutricionista. El objetivo, lograr el máximo rendimiento, minimizar el riesgo de lesión y fomentar en el atleta un mayor entendimiento sobre nutrición que le permita tomar decisiones cruciales en momentos decisivos.

Disciplinas recientes: crossfit, spartan, etc.
Estas nuevas modalidades, tienen una alta exigencia tanto aeróbica como anaeróbica. Una nutrición personalizada, contribuirá a que el deportista avance hacia sus objetivos y desarrolle las capacidades físicas necesarias para soportar las altas cargas de trabajo que existe en los entrenamientos y en la competición.