Perder grasa: los errores más comunes que cometes al intentarlo (parte I)

Compartir esta entrada

Índice de la entrada

¿Qué es la grasa y para qué sirve?

Antes de aprender lo que hacemos mal intentando perder grasa, considero de vital importancia tener una idea general acerca de lo que es. La grasa es ese tejido blando y amarillento que se acumula en nuestro cuerpo, alterando nuestra forma y varias de nuestras funciones internas.  ¿Para qué sirve? Es otra fuente importante de energía para la producción de ATP (Adenosín tri fosfato, moneda energética básica). La grasa proporciona quizá la mitad de las necesidades energéticas totales del corazón y los músculos esqueléticos en reposo. Constituye, con diferencia, la mayor reserva energética ya que, al contrario de lo que sucede con el glucógeno, parece no existir un límite para la cantidad de grasa neutra que puede ser almacenada en los adipocitos (células grasas). Son moléculas más reducidas que los carbohidratos y no están hidratadas como el glucógeno, por lo que constituyen una forma más concentrada de almacenar energía.

La unidad celular del tejido graso se llama adipocito, su capacidad de almacenar lípidos parece ser ilimitada.

¿Por qué nuestro organismo está diseñado para guardar grasa de forma casi ilimitada?

Asegurar unos depósitos de energía extra, por si las moscas, es como un fondo de pensiones, por si llega el momento en que falta el sustento. Todo lo que comemos y no llegamos a consumir es guardado y almacenado de manera muy eficiente en forma de grasa. El problema que tenemos es que hoy en día no existen momentos de carencia en los cuales lo vayamos a necesitar. Lo que sí existe, en cambio, es una sobreabundancia de alimentos deliciosos y con una alta densidad energética que consumimos a todas horas y con absoluta normalidad junto a una tendencia cada vez más marcada de tener una vida sedentaria. Resultado: no dejamos nunca de incrementar nuestras reservas de grasa.

Hoy en día no existen épocas de crisis en las cuales utilizar las reservas grasas, por ello es importante tratar de controlar los niveles.

Siendo parte de nuestras estructuras puede ser grasa abdominal, que rodea nuestros órganos y vísceras y su exceso se relaciona con resistencia a la insulina, diabetes, enfermedades coronarias y problemas respiratorios entre otras complicaciones médicas; o subcutánea, que está debajo de la piel y su exceso provoca, entre otros inconvenientes, ginecomastia en varones (pechos feminizados) y en general que mucha gente no quiera mirarse al espejo.

En esta imagen podemos observar un cuerpo excedido tanto en grasa visceral, (la que rodea visceras y organos) como en grasa subcutánea (la que está más allá de la elongada pared abdominal).

No son pocos quienes se plantean en determinado momento deshacerse de parte de este tejido que cuando se tiene en demasía confronta a los cánones de belleza establecidos, y pone en riesgo la salud. Estética aparte, no es mala idea tratar de disminuir la grasa corporal si el porcentaje que se tiene excede al aconsejable.

Hablemos, pues, de algunos de los errores más comunes que se cometen cuando se quiere perder grasa. Reconocerlos nos puede ayudar a lograrlo de manera más eficaz.

Cerrar el pico

Hay quien sigue pensando que para perder grasa todo lo que hay que hacer es dejar de comer o comer menos. Ok, puede funcionar un tiempo pero el problema viene cuando, al dejar de tomar alimentos, dejamos también de tomar nutrientes que son vitales para un correcto mantenimiento del organismo. Esto puede provocar,  por un lado, que nos estemos mal nutriendo lo cual derive en pérdidas de tejido metabólicamente muy valioso (masa muscular) y, por otro, que nos estemos llenando de ansiedad por la comida. Dejar de comer durante períodos de tiempo más prolongados a los habituales (ayuno intermitente) podría servir como estrategia, pero solo en determinadas personas. Por ello, debería ser preferiblemente aplicado bajo la supervisión profesional de un dietista-nutricionista. Para perder grasa es necesario comer. Repito, hace falta comer, pero comer bien y de manera que ayudemos a nuestro organismo a entender que toda esa reserva debe comenzar a utilizarse. Y para que esto suceda de manera saludable es vital que todos los requerimientos de nutrientes y micronutrientes provenientes de alimentos estén presentes en la dieta.

Confiar en productos dietéticos quema grasa

No existe el suplemento que pueda compensar un mal estilo de vida. Es más, yo diría que la gente más dispuesta a creer en estos productos, en muchas ocasiones, es quien más descuida aspectos fundamentales. Si comes comida basura 8 veces por semana, bebes alcohol casi a diario, el embutido forma parte de tu día a día, y sin mayonesa todo se te hace bola ¿no será mejor empezar por corregir esto? Pues no, yo ahora me hago de un arsenal de botecitos de colores y hala, a perder grasa. No señor, lo único que vas a perder es dinero y lo siguiente que vas a ganar es frustración. Tomarte capsulitas, o batidos, no va hacer que quemes la chicha. Por ejemplo, la carnitina; no son pocos quienes aseguran que la L-Carnitina quema grasa. Mentira. Si tecleamos en la página de la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), la palabra L-Carnitine, podremos leer claramente  `The Panel concludes that a cause and effect relationship has not been established between the consumption of L-carnitine and contribution to normal lipid metabolism in the target population´. Vamos, que no hay tu tía. No sirve para nada. Como este, miles de ejemplos más. Y, ojo, cuando algo funciona a priori, probablemente lleve algo no declarado en la etiqueta, como anfetaminas y lo que tampoco te dicen son los efectos secundarios que tendrás después. (Aquí puedes saber más). No deja de sorprender cómo personas que ven caro ir a un dietista-nutricionista, el cual les enseñaría para siempre a tener una perfecta nutrición, sin necesidad de ningún producto, no se despeinan al dilapidar fortunas tomándose suplementos que no sirven para nada y, además, lo hacen bajo ninguna supervisión profesional, lo cual puede poner en riesgo la salud.

Asociar un % de grasa bajo únicamente a ciertas fechas del año

Pretender quedarnos esculpidos en músculos de mármol con tan sólo unas semanas de antelación ante la llegada inminente de la época estival, es uno de los peores errores. Debemos tratar de buscar un estilo de vida que nos mantenga siempre con un % de grasa saludable (entre 15-20% en hombres y 25-30% en mujeres) y, si acaso, dos o tres meses antes del verano buscar la estrategia correcta que nos dé ese plus para alcanzar cierto puntito visual vanidoso (foto) que, por qué no decirlo, todos tenemos. Cuando no lo hacemos así, cometemos el error de las prisas.

En la imagen de la izquierda me veis con un 16% (que ya es saludable), a la derecha con un 12% (un punto más estético antes del calor)

Continuará…

Suscríbete al boletín

A continuación dispone de la información básica sobre protección de datos. Puede consultar la información adicional sobre protección de datos en nuestra página web.

  • Responsable del Tratamiento: Nico haros
  • Finalidad: Atender y dar respuesta a su petición o consulta y mantener los contactos y relaciones que se produzcan como consecuencia de la misma.
  • Base jurídica: El consentimiento inequívoco al ponerse en contacto con nosotros y facilitarnos sus datos para tal fin, pudiendo también ser el interés legítimo o la necesidad para gestionar una relación contractual o medidas precontractuales.
  • Destinatarios: No cedemos sus datos a terceros. 

Derechos: Acceso, rectificación, supresión, oposición, limitación del tratamiento, portabilidad poniéndose en contacto con nosotros en: privacidad@nicoharos.com o en la forma en que se indica en nuestra política de protección de datos

Llámame
Consulta